El origen de Running deriva a más de 2.000 años, cuando este deporte estaba destinado al desarrollo de las capacidades físicas de antiguos guerreros.
Pero, muy rápidamente, los griegos y los egipcios quisieron darle una orientación más pacifica mediante competiciones en espacios específicos.
Hoy en día, se ha convertido en la práctica más extendida en todo el planeta, donde cada uno de estos supervivientes de asfalto hemos soñado alguna vez con una plaza en el pódium.
Dentro de estos 35.000.000 de devoradores de km que se presume realizan esta actividad, los hay que por falta de tiempo para "machacarse en entrenamientos", cualidades físicas o simplemente por disfrutar de las carreras populares a otro rítmo, forman lo que denominariamos la cola del pelotón, donde se vive una experiencia en ocasiones meritoria de adquirir algún que otro trofeo.
En primer lugar tendremos la precaución de ponernos lo más atrás posible del pelotón antes de dar la salida, no sea que otros más avispados y con más aspiraciones nos pasen por encima despojándonos con pisotones de zapatillas y alguna prenda más.
Una vez iniciada la prueba y cuando ya te has buscado tu lugar idóneo para ir cómodo junto al resto de rezagados, tendremos al gracioso del coche escoba el cual va perfectamente sentado en su vehículo, ventanillas ceradas y con el aire acondicionado sacudiéndole el rostro, quien angustiado por la velocidad en la que se ve obligado a circular, aprieta acelerador y embrague a la vez con la idea de que por el rugir del motor y el temor de morir atropellado vas a correr más rápido y así, el grotesco, imbécil... y otras que se te pasan por la cabeza en ese momento, va a terminar antes el duro trabajo que la organización le ha encomendado y podrá disfrutar de una cerveza fresca en el sofa de su casa, ! PERO NO SE DA CUENTA QUE SI PUDIESE IR MÁS RÁPIDO LO HARÍA !
Por fin llegamos al punto de avituallamiento, ¿¿¿que no queda agua???, pero si estaba previsto que pasarán los mil corredores inscritos, ¿donde esta la botella mil?, claro que con este calor supongo se la han bebido los que las reparten, ¿y no han tenido la delicadeza de prever la llegada del último corredor?, así que toca recoger al paso las botellas que yacen en el suelo y que han sido arrojadas por otros corredores que han disfrutado de más suerte.
Pasado ese trance, con la llegada por fin a la vista, cruzas la línea de meta esquivando niños que salen al paso de sus padres y espectadores que se disponen a marcharse de la cita, ¿y de mi nadie se acuerda?, ni siquiera nadie me mira ni me ceden camino.
Tras cruzarla, otro palo para el corredor sediento de la cola del pelotón, !se ha terminado la sandía!!!, mientras ves como otros relamen las últimas rodajas que circulan por la meta, !bueno otra vez será!, recojo mi obsequio y me voy... ¿como que tampoco quedan?, o tal vez con un poco de suerte consiga alguna de las camisetas conmemorativas, de las que nunca podré ponerme por ser restos de tallas que han sobrado y de las cuales se amontonarán en los cajones de mi armario.
Ya por fin en mi casa, pasada toda la aventura y con optimismo para la próxima carrera, busco las fotos de la prueba que han colgado en internet y percibo que el fotógrafo ni siquiera se ha dignado a esperar un poco más que llegasen los últimos corredores para que puedan disponer de algún recuerdo de la carrera, por lo que me quedo otra vez sin imágen triunfal.
Sea cual fuere la suerte del último corredor, también dispone de factores positivos; se lleva más aplausos y ánimos de la gente que cubre el recorrido, los cuales agradecen el esfuerzo que está realizando y sobre todo son los que más amigos tenemos en el pelotón, pues el ritmo en el que corremos permite disfrutar, conversar y bromear con otros corredores, también de cola.
SALVA IZNARDO
no sabia que ser corredor de cola tuviera tantos problemas !!!!!!!!! ni me lo imaginaba!!!!!! aunque poco a poco vais mejorando y pronto pasareis a otro nivel del peloton. en piles seguro!!!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminaranimo y a entrenar que queda poco para la carrera.