No pudo ser, las
condiciones meteorológicas pudieron con nosotros. La lluvia no ceso desde las
09:00 horas que se dio la salida, en el primer control (Refugi del Niu de
l´Aliga a 2.520 m de altura, la sensación térmica era muy baja, el frio y el
agua traspasaba los guantes y capas de ropa, con el paso de las horas los tránsitos
por las sendas se hacían inviables, convirtiéndose en pistas de patinaje donde
las caídas eran constantes y cuando ascendías sobre una senda el propio barro
te resbalaba hacia atrás, lo que tenías que ejercer más fuerza para salir de
este. Sobre las 20 horas menos algo, más o menos de la tarde, al llegar al
refugi de Prat del Aguiló (km 45) totalmente calado, con los pies entumecidos
de llevar 11 horas mojados y los dedos de las manos sin sensibilidad, me
plantee tímidamente finalizar esta aventura cuando preguntaron en el control
quienes querían abandonar, queria seguir, me encontraba con fuerzas para finalizar
los 85 km, pero en mi confusión interna algo me indicaba que no era prudente,
los guantes se encontraban empapados, las prendas hacían horas que habían
dejado de ser impermeables, y ya con la noche entrando y la todavía bajada más
de temperatura predecían que lo peor quedaba por venir. De mis compañeros no
sabía nada, tampoco tenía excesiva batería en el móvil para atravesar aquel
infierno. Mientras me cambiaba con la
poca ropa que tenia en dicho control, entro alguien de la organización gritando
que ya no podía salir nadie del refugio, dado que la tormenta de nieve que se
encontraba encima del Pas de Gosolans era muy intensa y peligrosa. Esa noticia
me alivio, ya no tenía duda que mi elección había sido correcta en finalizar
esta casta en ese mismo lugar. Al rato nos fueron descendiendo en vehículos a
todos los corredores que habían en este punto hasta el municipio de Bagá, donde
allí me encontré con Pepe, Fran y Vicent. Javi en principio se encontraba en
carrera, no podíamos contactar con él... al cabo de unas horas, tras comer
algo, Pepe y yo marchamos al Hotel donde gracias a dios se encontraba Javi,
quien había podido atravesar a dudas penas la tormenta de nieve y viento que
azotaba la cima de la Pedregosa a 2.442 metros hasta llegar al próximo refugio
donde fue igualmente evacuado por la organización. Nos encontrábamos todos a
salvo y de nuevo juntos, ese fue mi mayor alivio, nunca pensé que la montaña
fuese tan severa y temeraria. Sabia que varios corredores habían sido retirados
por hipotermia, entre ellos de élite como Tófol Castanyer y Miguel Heras, que
algunos habían sido hospitalizados y que incluso Jordi, un buen amigo que
conocimos en el Hotel junto a otros corredores habían evacuado a una chica
durante tres horas hasta un punto de control, donde les esperaban en
ambulancia. Las noticias sobre el desastre vivido nos iban llegando según
entraban corredores, se hablaba de que solo 220 habían podido finalizar la
prueba, aquellos que habían terminado de día y algún afortunado al que no le
pillaría la tormenta al paso por los altos, el resto no pudimos atravesar aquel
infierno...
A la mañana siguiente
despertamos del Hotel con la noticia que la participante que había sido
auxiliada por Jordi y los demás había fallecido en el Hospital por hipotermia.
Esta situación tan desastrosa y con final tan trágico te hace pensar que el
deporte ha de ser por diversión, no se puede luchar contra aquello que nos
supera.
En definitiva desconozco que
hubiese sido de mí si aquella persona de la organización no hubiese disipado
mis dudas al entrar en el refugio e impidiendo la salida de los corredores,
desconozco cuanto tiempo hubiese aguantado bajo esa tormenta de viento frio,
lluvia y nieve. Estoy seguro que he hecho lo correcto, y todo esto me ha
servido para temer y respetar a las montañas, disfrutar de ellas como deporte y
no como desafío, y aquello que me hace sentirme vivo que no me quite la vida.
Gracias a estas jornadas
pude conocer gente muy interesante y buenos amigos, desde aquí agradecer a
Vicent, Fran, Jaume y Jordi, su amistad, sois de lo más grande que he conocido…
 |
| Con Jordi, Javi, Fran, Salva, Pepe y Vicent |
 |
| La élite del Ultra Trail |
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| Vicent, Salva y Fran con Kilian Jornet, actualmente el mejor corredor del mundo de Ultra Trails |
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| Pepe, Salva, Javi y Vicent |
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| Fran, Jaume y Jordi |
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| Con Tófol Castanyer Ganador CCC Mont Blanc 2012 |
No pudo ser, las
condiciones meteorológicas pudieron con nosotros. La lluvia no ceso desde las
09:00 horas que se dio la salida, en el primer control (Refugi del Niu de
l´Aliga a 2.520 m de altura, la sensación térmica era muy baja, el frio y el
agua traspasaba los guantes y capas de ropa, con el paso de las horas los tránsitos
por las sendas se hacían inviables, convirtiéndose en pistas de patinaje donde
las caídas eran constantes y cuando ascendías sobre una senda el propio barro
te resbalaba hacia atrás, lo que tenías que ejercer más fuerza para salir de
este. Sobre las 20 horas menos algo, más o menos de la tarde, al llegar al
refugi de Prat del Aguiló (km 45) totalmente calado, con los pies entumecidos
de llevar 11 horas mojados y los dedos de las manos sin sensibilidad, me
plantee tímidamente finalizar esta aventura cuando preguntaron en el control
quienes querían abandonar, queria seguir, me encontraba con fuerzas para finalizar
los 85 km, pero en mi confusión interna algo me indicaba que no era prudente,
los guantes se encontraban empapados, las prendas hacían horas que habían
dejado de ser impermeables, y ya con la noche entrando y la todavía bajada más
de temperatura predecían que lo peor quedaba por venir. De mis compañeros no
sabía nada, tampoco tenía excesiva batería en el móvil para atravesar aquel
infierno. Mientras me cambiaba con la
poca ropa que tenia en dicho control, entro alguien de la organización gritando
que ya no podía salir nadie del refugio, dado que la tormenta de nieve que se
encontraba encima del Pas de Gosolans era muy intensa y peligrosa. Esa noticia
me alivio, ya no tenía duda que mi elección había sido correcta en finalizar
esta casta en ese mismo lugar. Al rato nos fueron descendiendo en vehículos a
todos los corredores que habían en este punto hasta el municipio de Bagá, donde
allí me encontré con Pepe, Fran y Vicent. Javi en principio se encontraba en
carrera, no podíamos contactar con él... al cabo de unas horas, tras comer
algo, Pepe y yo marchamos al Hotel donde gracias a dios se encontraba Javi,
quien había podido atravesar a dudas penas la tormenta de nieve y viento que
azotaba la cima de la Pedregosa a 2.442 metros hasta llegar al próximo refugio
donde fue igualmente evacuado por la organización. Nos encontrábamos todos a
salvo y de nuevo juntos, ese fue mi mayor alivio, nunca pensé que la montaña
fuese tan severa y temeraria. Sabia que varios corredores habían sido retirados
por hipotermia, entre ellos de élite como Tófol Castanyer y Miguel Heras, que
algunos habían sido hospitalizados y que incluso Jordi, un buen amigo que
conocimos en el Hotel junto a otros corredores habían evacuado a una chica
durante tres horas hasta un punto de control, donde les esperaban en
ambulancia. Las noticias sobre el desastre vivido nos iban llegando según
entraban corredores, se hablaba de que solo 220 habían podido finalizar la
prueba, aquellos que habían terminado de día y algún afortunado al que no le
pillaría la tormenta al paso por los altos, el resto no pudimos atravesar aquel
infierno...
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